La Evaluación para el Progreso Lector Aptus (EPLA) es una herramienta que permite identificar diferentes dificultades que pueden estar teniendo los estudiantes en su camino a convertirse en lectores fluidos. Por esto, se recomienda su aplicación para estudiantes de 1° a 8° básico.
La evaluación consta de cuatro partes, pero que forman un continuo. Esta división solo se hace porque cada sección agrupa dificultades que son propias de diferentes momentos del proceso de la lectura:
Con esta herramienta, el docente puede conocer las dificultades con las que se encuentra cada estudiante y con esto identificar cuál es el punto de partida para trabajar con este en tutorías uno a uno. Igualmente, puede pesquisar grupos de estudiantes que comparten la misma dificultad y trabajar en grupos pequeños o bien, puede identificar cuál es la dificultad más generalizada en el curso y trabajar con la totalidad de los estudiantes.
Esta evaluación consta de tarjetas para el docente y el estudiante.
a. Tarjeta del docente: tiene un anverso que es una réplica del texto que lee el estudiante y en el cual puede ir marcando qué palabras lee bien, cuáles tienen equivocaciones, etc. Se han plastificado para que quien la aplica pueda marcar con un plumón y luego borrar (con alcohol, por ejemplo) una vez que termina la evaluación. De esta manera no es necesario fotocopiar.
En el anverso de la tarjeta para el docente, se encuentran:
b. Tarjeta del estudiante: tiene solo un lado y es lo que se le muestra al estudiante para que lea o para que identifique (por ejemplo, elementos fonológicos como rima, sonido inicial, etc.).
c. Fichas de práctica: se encuentran en la plataforma Aptus https://web.aptus.org para ser descargadas y se ofrecen solo para la remediación de la parte 3 de la EPLA. En las otras partes el trabajo de remediación se puede hacer con material con el que ya cuenta el docente. El docente puede fotocopiar la tarjeta exacta que necesita cada estudiante para practicar y, así, superar la dificultad detectada.
Esta es una evaluación que requiere de aplicación individual. Se hace en formato online.
La primera vez que aplica EPLA a un estudiante requiere un grado de preparación mayor, dado que quien la toma, tiene que hacer un juicio informado para determinar por cuál tarjeta partir con cada estudiante. No es necesario partir por la tarjeta 1, sobre todo con estudiantes que ya leen. Entonces, considerando los datos que tiene el docente de pruebas de comprensión lectora y a partir de su observación en clases sobre la lectura en voz alta del estudiante, puede partir con una tarjeta más avanzada. Si el estudiante tiene dificultades con esta, el docente retrocede a una tarjeta anterior. Si el estudiante la lee bien, sigue avanzando hasta que no cumpla con los requisitos de alguna tarjeta.
La vez siguiente que aplica la EPLA, basta con comenzar por la tarjeta en la cual el estudiante tuvo dificultades
la toma anterior y desde ahí continuar.
Es ideal aplicarla al menos tres veces al año para asegurar que los estudiantes estén superando sus dificultades.
Con aquellos que se encuentran más rezagados, se sugiere aplicarla muy seguido (cada dos o tres semanas), para monitorear sus avances e ir asignando trabajo individual, en conjunto con el equipo PIE, que le permita avanzar más rápido.
Este servicio tiene por objetivo levantar y analizar datos de lectura de los estudiantes, entregar un informe de resultados y un plan de remediación para que el colegio ajuste según sus necesidades e implemente para cerrar las brechas de lectura detectadas.
Estrategias del servicio:
Contraparte:
Niveles y asignaturas:
Modalidad:
Interacciones: